Wednesday, February 22, 2012

Grecia en quiebra


Pesimismo con respecto al porvenir de la Grecia contemporánea, me atrapó al leer una carta pública acerca de la crisis actual, suscrita por dos intelectuales helenos de rango: Mikis Theodorakis y Manolis Glezos.

Theodorakis ha sido el músico emblemático de la tentativa de resurrección republicana de la Grecia moderna; Glezos fue un héroe de la resistencia contra el atropello nazi-fascista. Ambos son respetables y sus opiniones deben ser leídas con atención.

Por eso resulta espantoso que dos personajes tan lúcidos puedan ser paradójicamente tan obtusos, a la hora del intento de comprensión de lo que está pasando en su propio país. Los dos ven en la crisis griega, como cualquier comunista de folletín, sólo una vasta conspiración contra la patria que vio nacer la civilización que nos envuelve.

Solicitando la advocación de Pericles, Solón y Protágoras, Theodorakis y Glezos llaman a una “alianza contra el imperio totalitario de la mundialización” y proclaman que “Europa sólo puede sobrevivir si presenta una respuesta unida contra los mercados”.

Ese lenguaje grandilocuente, equívoco y por ende reaccionario, uno lo hubiera podido esperar de los trasnochados caudillos del socialismo del siglo XXI o neo comunismo, pero jamás de dos figuras rutilantes como los redactores de la carta de marras.

La verdad es que no hay tal conspiración. Europa hace lo posible por evitar la quiebra de Grecia, no por tanto bondad sino por necesidad. La bancarrota griega (unida a las recesiones en España y Portugal) puede llevarse en los cachos al euro y a la unión europea en su conjunto.

Grecia está en crisis por el manejo populista, demagógico e irresponsable de su economía. Esa gerencia de despilfarro no la ejecutaron sórdidos agentes extranjeros, sino políticos, empresarios, sindicalistas, medios de comunicación y hasta intelectuales griegos.

Grecia tiene que apretarse el cinturón, reducir el gasto público y dejar de subsidiar la holgazanería y la improductividad. Tiene que lograr confianza de inversionistas y mercados. Sus líderes deben atreverse al correr el riesgo de la impopularidad, como lo hace hoy el gobernante español Mariano Rajoy, para reactivar su postrada economía.

Europa debe invertir 171 mil millones de dólares para rescatar a Grecia. Pero tienen razón los mandatarios de Alemania, Francia y Holanda, los griegos están obligados por sus propios errores, a cumplir medidas de austeridad que ahora son inexorables. La verdad es que si le hacen caso a llamados como el de Mikis Theodorakis y Manolis Glezos, no tardarán en ahogarse en el pantano del populismo.



  

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