Del 10 al 12 hay un gran paso
El desarrollo de las tendencias estadísticas dadas por las cifras oficiales, a pesar de todos los maquillajes y manipulaciones, indica que con una estrategia adecuada y un trabajo eficaz, la oposición puede llegar a diciembre de 2012 con una perspectiva muy segura de un amplio triunfo electoral.
Luis Prieto Oliveira
A partir de los resultados electorales del pasado 26 de septiembre, ha comenzado una pugna electoral que, en el campo oficialista, se manifiesta con cada vez más angustiosa urgencia. Así lo indican la frecuencia de las cadenas nacionales de radio y televisión, la cantidad y calidad de las promesas de realizaciones para un futuro indefinido, que se presentan en discursos, intervenciones y entrevistas diversas, además de la ofensiva mediática originada en cientos de publicaciones, radioemisoras y televisoras manejadas por el sector oficialista, con evidente y odioso ventajismo, porque son empresas de propiedad pública, que deberían mantener un alto nivel de neutralidad en materia electoral.
El locuaz comandante y sus secuaces, viendo los resultados de los levantamientos populares en el Norte de África, se han dado cuenta de que el reto electoral, que es el adoptado, con total seriedad y responsabilidad por los factores que conforman la oposición racional, es una cita obligada y que, no importa el tipo de provocación que intenten, los opositores seguirán abrazados a su decisión de responder en el plano de la resistencia ciudadana pasiva, movilizando el creciente campo del descontento popular, para lograr resultados concretos en la masa que manifiesta posiciones opuestas a las adoptadas por el oficialismo.
Contrariamente al discurso oficial, la oposición ha aprendido algunas lecciones importantes, luego de decepciones y derrotas, fraudes y engaños a lo largo de 11 largos años. Sabe que los caminos aparentemente cortos están llenos de trampas y de abismos y que el camino de la estructuración paulatina, pero segura, de las fuerzas populares, conduce, indefectiblemente, al triunfo, en cualquier terreno, pero sobre todo en el de las contiendas electorales.
Las elecciones presidenciales de 2000 y 2006 y el referendo revocatorio de 2004, han dejado muy importantes enseñanzas, sobre todo en la creación de estructuras horizontales de acción política, que dependen sólo en una medida relativamente baja de los medios de comunicación y derivan su fuerza del trabajo individual y colectivo de una red unitaria, que opera en todos los municipios del país, con diversidad de colores y lemas partidistas, pero con una sola y sencilla finalidad, movilizar a la gente en función de explotar los errores y carencias de una política oficial desorganizada, caótica y carcomida por una corrupción cada vez más evidente.
Entre 1999 y 2010, el gobierno ha manejado cerca de un billón de dólares, cifra equivalente a casi cinco años del Producto Interno Bruto del país, pero no existen evidencias claras de la forma como se ha gastado esa ingente suma de recursos monetarios. Casi todos los problemas que había en 1998, han adquirido características más graves. Inseguridad, con una triplicación de las cifras de homicidios; impunidad, con un aumento desmesurado de culpables libres de cargos; pérdida de los derechos civiles fundamentales, con violaciones frecuentes y graves del derecho a la propiedad, al debido proceso, a la inviolabilidad de las comunicaciones, a la inviolabilidad del hogar y la libertad para expresar el pensamiento y comunicarlo libremente.
En el plano económico se ha visto un aumento desmesurado del desempleo, disfrazado mediante el mecanismo de creación de seudo-empleos en misiones que no son otra cosa que distribución de recursos sin retorno alguno que implique aumento de la producción nacional. Mientras tanto, han quebrado y desaparecido más de la mitad de las empresas industriales manufactureras y las existentes se encuentran en situación precaria, por la obsolescencia de su equipamiento, la imposibilidad de competir en el mercado interno por la tasa de cambio fijada de manera artificial y por el ataque constante a la propiedad privada; la producción agrícola, perseguida por expropiaciones que superan los 3 millones de hectáreas y las fijaciones arbitrarias de precios al consumidor y al productor, que ignoran las realidades de los costos de producción y las industrias básicas, incluyendo el petróleo, sufriendo las consecuencias de la politización, la dirección alejada de criterios de productividad y tecnificación y la corrupción generalizada.
Los servicios básicos, que corresponden al estado: acueductos y alcantarillado, recolección y disposición de residuos sólidos, carreteras, calles y avenidas, parques nacionales, estadales y municipales, correo y comunicaciones, educación y salud pública, se encuentran al borde del colapso por falta de inversiones, escasez de proyectos y dirección escasa de conocimientos.
En el área de electricidad se ha reducido considerablemente la calidad y universalidad del servicio, por falta de inversiones oportunas de ampliación de las capacidades y de mantenimiento eficaz y oportuno de las instalaciones existentes. Racionamiento, apagones frecuentes, inestabilidad del voltaje y de la frecuencia y pérdidas inexplicables en las líneas de transmisión, caracterizan hoy al que fue el sistema eléctrico más avanzado y tecnificado del hemisferio.
Esta enumeración podría seguir, pero al final, la cuenta sería la misma, fracaso material, despilfarro de recursos, descalificación de los servidores públicos, fuga masiva de talentos y empobrecimiento colectivo, en una década que debía habernos permitido avanzar con paso firme hacia el primer mundo.
Cuando vemos que Argentina, que en 1998 no tenía reservas internacionales ni posibilidad de obtener préstamos en el mercado internacional, hoy presenta reservas internacionales que duplican las venezolanas. Brasil ha cuadruplicado sus reservas, Chile las ha quintuplicado, Perú ha hecho otro tanto y una evolución similar ha ocurrido en Colombia.
Venezuela mantiene un nivel inflacionario que ha sido estimado, por la CEPAL, en 32,6% para 2010, mientras Colombia, Bolivia, Chile, Perú y otros países mantienen tasas inflacionarias de un solo dígito. Este solo hecho debe ser un indicativo del fracaso absoluto del gobierno actual.
Los resultados de las últimas elecciones (26-9-2010)
Las elecciones legislativas del pasado 26 de septiembre, aunque el régimen se empeñe en mostrarlas bajo otra luz, constituyeron un sonoro triunfo opositor, porque los candidatos de diputados obtuvieron más de la mitad de los votos válidos registrados en los comicios. En efecto, sobre la base de los daros publicados por el CNE la oposición obtuvo un total de 5.703.586 votos, equivalentes a 50,52% de los contabilizados. Sin embargo des bueno destacar que la oposición cins9olidó sus posiciones en 9 estados, en los cuales superó la mitad de la votación. Estas nueve entidades acumulan 52.32% de los inscritos y 54.07% de los votos válidos emitidos.
El promedio de votación en esos 9 estados llegó 55.91%. Con el máximo en Nueva Esparta, con 58,63 % y el mínimo en Mérida, con 50.83%. Es bueno destacar que las maniobras legales que cambiaron las circunscripciones electorales, no hicieron que la oposición fuera derrotada en ninguno de los estados que dominaba previamente y, por el contrario, añadieron a su lista a Lara, Anzoátegui y Mérida.
Un grupo de 6 estados, formado por Distrito Capital, Bolívar, Sucre, Falcón, Aragua y Yaracuy le dieron a la oposición votaciones superiores al 45% del total y deben ser considerados como objetivos cercanos. Estos 6 estados representan el 28.88% de la población inscrita y 28,06% de los votos válidos emitidos.
Los restantes 9 estados, que concentran 18.8% de los inscritos y 17.87% de los votos válidos, se inclinaron por la oposición sólo en un promedio de 38.3%.
Una de las características más notables y significativas de la votación es que, en líneas generales, mientras mayor es el nivel de votación opositora, menor es el nivel de abstención. En los 9 estados en los que ganó la oposición, la abstención se situó en 31.7%. En los seis donde obtuvo un mínimo de 45% , la abstención subió a 35.32%, mientras que en los restante 9 estados que llamamos perdedores, la abstención promedió 36.13%.
Es posible, aunque no existen bases estadísticas confiables para la afirmación, que este resultado pueda derivarse de un mayor descontento de los electores en estados controlados por el oficialismo, que genera una actitud menos receptiva entre los votantes, que entre aquellos que se sienten más satisfechos y cercanos a los gobiernos locales opositores.
Es necesario tomar en cuenta que históricamente se sabe que los niveles de abstención son menores cuando hay contiendas presidenciales, hecho que deberá tomarse en cuenta para estimar los posibles resultados en diciembre de 2012.
Una proyección hipotética para diciembre de 2012.
Primer lugar, se estima que el universo de inscritos va a aumentar en 6%, llegando el total a 18.500.000 personas, suponemos que puede reducirse la abstención en los estados de mayoría opositora de 31.7% a 30%, en los estados de resultados cercanos de 35,32% a 33% y en los estados de dominio oficialista, de 36.13% a 35 %.
Los 9 estados opositores podrían aumentar su participación en la población inscrita de 52.32% a 53.5%, los intermedios de 28,88 a 30% y los 9 restantes descenderían de 18.8% a 17.5%.Las hipótesis de votación opositora, en los estos que le son favorables, es aumentar su apoyo de 55.91% a 58.7%, con un crecimiento de 5%, que parece ser una hipótesis conservadora. En los estados de resultados cercanos, que registraron un nivel de votación de 47.93%, se supone un crecimiento de las preferencias opositoras de 7%, para llevarla a 51,29. En los estados perdedores para la oposición, debido al deterioro creciente del gobierno y al efecto de apuntarse a ganador, muy típico de la conducta electoral venezolana, se plantea que la participación opositora pase de 38.3% a 42.13%, mostrando un incremento de 10%.
Las tres hipótesis deben ser consideradas como conservadoras, en vista de los resultados consistentes que vienen arrojando las encuestas recientes y los acontecimientos que se prevé van a ocurrir en el futuro inmediato, tanto interna como externamente.
PROYECCIÓN DE LA VOTACIÓN EN 2012
% Inscritos % Abst. Votos %Op Votación
Estados Ganadores 53.0 9.804 30.0 6.864 58.7 4.029
Estados Cercanos 29.5 5.458 33.0 3.657 51.3 1.876
Estados Perdedores 17.5 3.238 35.0 2.104 42.1 886
Total 100.0 18.500 31.2 12.625 53.8 6.791
Se ve, entonces, que la oposición ratificaría su condición mayoritaria, al aumentar su proporción a 53.8% de los votos válidamente emitidos, lo que le garantizaría la presidencia de la república. Sin embargo, la de 2012 es una mega-elección, en la cual se escogerán al presidente, a los 24 gobernadores y a los alcaldes.
Los resultados podrían arrojar que la oposición ocupe entre 14 y 15 gobernaciones, que actuarían sobre 82.5% de la población del país.
Uno de los fenómenos observados el pasado septiembre es que la oposición resultó ganadora en 20 de las 24 capitales de estado y controla casi todos los grandes municipios urbanos. Se plantea como una meta a obtener en 2012, ganar 151 alcaldías. El oficialismo quedaría con 184 burgomaestres.
El voto en el exterior
De acuerdo con algunas estimaciones, fuera de Venezuela debe haber unos 750 mil ciudadanos votantes, pero el registro electoral apenas si llega a 54 mil. Es decir, apenas representa 7.2% del universo, esta cifra es ridícula, porque muchos de los que viven fuera son personas de alto nivel educativo y económico, que tienen clara conciencia de que votar es un derecho fundamental, pero también un deber esencial para el perfeccionamiento de la democracia.
El aumento del REP externo presenta dificultades debido a que hay muchas personas que no poseen cédula. De acuerdo al censo más reciente, en Estados Unidos hay cerca de 70 mil venezolanos nacidos aquí, que es muy seguro que no tengan ningún documento de identidad venezolano. También hay unos 15 mil asilados políticos, a los que se les priva del derecho a ejercer el sufragio, por interpretaciones peregrinas de la ley.
Debemos hacernos el propósito de lograr que se autorice la emisión de cádulas de identidad en los consulados que ya están dotados de equipos para la elaboración de pasaportes, por cuanto la tecnología es común. La ley orgánica de procesos electorales establece que la emisión de una nueva cédula, automáticamente crea una inscripción electoral.
Por ello, si se ejerce presión desde la MUD y la representación parlamentaria opositora en la Asamblea Nacional, es posible que se logre aumentar el REP hasta 30% de los potenciales, lo que llevaría a los votantes exteriores a ser cerca de 250 mil, 5 veces mayor que la actual.
Una votación de esa magnitud sería mayor que la que corresponde a los cinco estados más pequeños: Amazonas, Delta Amacuro, Cojedes, Vargas y Apure. Esta tarea no es descabellada, pero requiere altos niveles de apoyo interno y de organización local en cada uno de los países.
Esbozo preliminar de estrategia electoral opositora
Lo cierto es que la oposición no dispondrá de grandes recursos financieros, por lo que deberá restringir sus campañas mediáticas y sustituirlas por acción personal organizada. Por ello parece razonable concentrar los esfuerzos en lograr los triunfos en los sitios más seguros y probables y reducir el gasto financiero y de esfuerzo en aquellas regiones donde hay pocas perspectivas de éxito. Por ello es indispensable consolidar los estados ganadores para lograr niveles más altos de penetración,
Si se traza la meta de conquistar las 15 gobernaciones y 151 alcaldías, es perfectamente posible lograrla, dentro de las limitaciones y restricciones presentes, sobre todo si se logran verdaderas candidaturas unitarias que busquen a las personas de mejor perfil y prestigio local, por encima de sus afiliaciones partidistas.
No parece conveniente hacer una estrategia compleja y cara, sino promover al candidato presidencial escogido en primarias, usando, en la medida de lo posible a los precandidatos que no ganaron, para crear la impresión de un equipo compacto, en el cual se cuenta con un verdadero all star de dirigentes de altísimo nivel. Muchos de los que se asoman como posibles candidatos ocupan posiciones electivas como gobernadores, alcaldes o diputados y deberán reforzar su acción en esos cargos, para preservar la imagen y para mejorar las perspectivas de reelección.
Vamos adelante, hacia la consolidación de un gran proyecto democrático unitario y evitando las posiciones divisivas y conflictivas.
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