Aurelio F. Concheso
En el agro venezolano, existe una costumbre contractual conocida como “La Medianera”, según la cual el dueño de un predio agrícola pacta con quien le explota un arriendo, y acepta compartir a medias partes el producto de la cosecha. Mutatis mutandi, algo parecido a una “Medianera” es lo que acordó esta semana Petróleos de Venezuela con socios de la talla de la rusa Rosneft, la americana Chevron y la china Petrol. Si bien la noticia no recibió gran cobertura dentro del enrarecido clima político, económico y social, la misma marca una gran diferencia con la forma inconveniente como se había venido manejando la política petrolera hasta el año pasado.
En efecto, el Gobierno del Presidente Hugo Chávez, además de usar a PDVSA como suerte de Ministerio de Todo y para Todo, cometió el imperdonable error de emitir ingentes cantidades de deuda de la estatal, denominada en dólares, pero adquirible en bolívares (para algunos privilegiados amigos del régimen), para apuntalar la política de control cambiario con tasa sobrevaluada y congelada, y la cual es la que ha venido colapsando en los últimos meses.
En efecto, el Gobierno del Presidente Hugo Chávez, además de usar a PDVSA como suerte de Ministerio de Todo y para Todo, cometió el imperdonable error de emitir ingentes cantidades de deuda de la estatal, denominada en dólares, pero adquirible en bolívares (para algunos privilegiados amigos del régimen), para apuntalar la política de control cambiario con tasa sobrevaluada y congelada, y la cual es la que ha venido colapsando en los últimos meses.
Ante la imposibilidad de aportar lo que corresponde a su 60% de participación en los “convenios operativos” que sustituyeron la “Apertura Petrolera”, las “Medianeras” pactadas con las transnacionales estipulan que éstas aportarán el 100% del capital de explotación requerido, el 60% en calidad de préstamo a PDVSA, pagadero posteriormente en determinadas condiciones no hechas públicas, pero que, seguramente, incluyen el pago en especies, es decir, barriles de product.
En verdad, estos anuncios son una buena noticia para el país. Es cierto que PDVSA se endeuda, pero, por lo menos, en esta oportunidad lo hace a los fines de aumentar la producción petrolera, y no para continuar financiando dislates populistas. En cierto modo, esta “Medianera Petrolera”, en la que el Estado pone los yacimientos, y los socios estratégicos asumen la inversión total de la infraestructura productiva, no son muy distintos a los de la tan estigmatizada “Apertura Petrolera” de los años 90, y si se mantienen en el tiempo, pueden terminar produciendo aumentos importantes en la producción, así como una reactivación económica que siempre acompaña a las actividades exploratorias.
El nuevo pragmatismo petrolero, sin duda, tiene influencia China, pero no del comunista Mao, sino del Padre del Capitalismo Chino, Deng Xiao Ping, quien inició sus reformas aseverando que: “No importa el color del gato; lo importante es que cace ratones”. ¿Pragmatismo post-chavista? Decida usted, amigo radioescucha; decidan ustedes, amigos lectores.
Editorial Laotravía www.laotraviarcr.blogspot.com
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