Por: Gerardo Z. Morillo
Hay mucho de cierto en el refrán popular que dice:"Si quieres conocer a fulanito, dale un carguito". A diario vemos como muchas personas se transforman cuando asumen una posición de responsabilidad y liderazgo. De hecho, muchas veces hasta se pierde una amistad, cuando a uno de nuestros compañeros de trabajo lo nombrar jefe y empieza a comportarse peor que el pasado supervisor, del cual irónicamente nuestro amigo-jefe criticaba duramente y odiaba a muerte. Así es la vida, el poder cega a las personas que no cuenta con una sólida inteligencia emocional y excelentes valores humanos para mantener un comportamiento ético aceptable ante sus subordinados y la sociedad en general.
Lo triste es ver como este comportamiento psicopatológico se observa más frecuentemente en muchos presidentes, cuando ellos asumen la posición de dueños absolutos del destino y las riquezas del país que gobiernan. Sin duda alguna, existe en el mundo contemporáneo, una epidemia de dirigentes políticos que sufren de megalomanía o delirios de grandeza, los cuales a pesar de haber sido elegidos por el pueblo terminan gobernando de espalda al mismo. Quizás uno de los casos más notables es el del presidente Chávez, quien sigue comprando la consciencia de los gobernantes de otros países vecinos para alimentar su ego y aumentar los aliados que apoyan su proyecto político conocido como socialismo del siglo XXI. Sigue comentandose en Venezuela, que la oposición cometió un gran error al retirar sus representantes de la Asamblea General, ya que le dejo el camino libre a los seguidores del caudillo de Miraflores para aprobar un conjunto de leyes que sólo han beneficiado a los amigos del régimen más corrupto que ha tenido Venezuela. Más recientemente, la oposición logró una victoria en las pasadas elecciones pero no la mayoría en la Asamblea Nacional. Sin embargo, vemos como hace unos días atrás, mientras algunos venezolanos ilustres rendían sus acusaciones y pruebas ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por algunos casos de violación de las libertades y atropellos del gobierno a los ciudadanos; al mismo tiempo, la presidenta Fernández de Argentina montó un show mediático para entregarle un premio a Chávez como paladín de la libertad de expresión en el mundo. El colmo fue que el mismo gobierno argentino prohibió la participación de los medios de comunicación al evento, solo el canal de televisión estatal pudo cubrir el show. La presidenta de Argentina posiblemente no consultó con los representantes del pueblo sobre los méritos de Chávez para recibir ese premio. Esto es de esperarse, ya que Argentina sigue muy agradecida del acto heroico del presidente Chávez, quien compro de espalda a su pueblo, la deuda pública de Argentina. Y recordemos los escándalos de los maletines con millones de dólares que se encontraron en manos de testaferros de Chávez y representantes del gobierno de Argentina, cuyo caso quedó impune, ya que sigue en sus funciones el presidente de Petróleos de Venezuela y otros funcionarios involucrados en este crimen. Por otra parte, el presidente Chávez esa misma semana siguió su viaje por Sudamérica, y luego visitó a Uruguay, en donde se le ocurrió usar de nuevo la "chequera de Venezuela" para regalarle $10 millones a un Hospital Universitario. Por supuesto, que la opinión publica venezolana pegó el grito al cielo, ya que no smuchos hospitales venezolanos se están cayendo a pedazos por no contar con los servicios básicos para brindar sus servicios a los venezolanos. Luego, siguió de viaje y se paró en Bolivia para visitar a su protegido Evo Morales, y entre fiestas y abrazos, reafirmó todos los acuerdos de ayuda a este vecino país. Sin duda que Chávez sigue cumpliendo con lo que dice, ya que al ganar la oposición algunos puestos en la Asamblea Nacional, públicamente anunció que el "pasaba por el forro" esos resultados. Y vimos como Chávez tomó su avión supersónico y su comitiva, y se dio un viajecito por Sudamérica con su propia agenda y la chequera de Venezuela, la cual maneja como su chequera personal, y ya sabemos que no le va a rendir cuenta a nadie. Esperemos que los dirigentes de la Mesa de la Unidad, no se pasen el resto del tiempo, previo a las elecciones presidenciales del 2012, tratando en enjuiciar a Chávez.
La historia se repite, ya que en 1993, la Corte Suprema de Justicia (CSJ) de Venezuela decidió por mayoría procesar por corrupción al presidente Carlos Andrés Pérez (CAP). Esa histórica decisión, le dio la oportunidad al Senado de Venezuela remover a CAP de sus funciones, por encontrarse culpable de desfalco y malversación de fondos de la partida secreta, de gastos de la presidencia incurridos en febrero de 1989. Se estima que CAP malgasto unos 250 millones de bolívares, convertidos en 17 millones de dólares al cambio preferencial todavía vigente aquellos días. Aún cuando CAP trato de justificar que esos fondos se invirtieron en proyectos de seguridad nacional; al final, se comprobó que ese dinero fue destinado a financiar campañas electorales de amigos de Pérez, principalmente la de Violeta Chamorro en Nicaragua y la del socialdemócrata Jaime Paz Zamora en Bolivia. Al igual que Chávez, a Pérez no le importaba tanto el dinero, sino engrandecer su poder y tratar de convertirse en un líder continental al estilo de Napoleón Bonaparte. Sin embargo, no podemos negar que CAP aceptó el fallo de la CSJ y siempre demostró su interés por mantener los principios de la socio-democracia internacional. Quizás allí este la gran diferencia entre CAP y Chávez, ya que este ultimo tiene un proyecto personal, y poco le importa gobernar a favor de la libertad, paz, justicia y bienestar de su pueblo. En conclusión, vemos como a CAP se le enjuicio y perdió su presidencia por malversar unos $17 millones, entonces que le pudiese esperar a Chávez quien sigue despilfarrado las riquezas de los venezolanos apoyando las campañas electores y gobiernos de sus amigos; pero él bien sabe que, tanto la CSJ y como la Asamblea Nacional de hoy, están a su servicio incondicional. Por ello, no esperemos que se aplique la Constitución ni se logre remover a Chávez de la presidencia por esta vía democrática. Además, Chávez conoce la fragilidad de la Mesa de la Unidad, la cual no se termina de poner de acuerdo para elegir a candidato único y fortalecerse como un grupo político cuya misión es derrocar a Chávez por los medios democráticos. La esperanza es lo último que se pierde, pero parece que hay Chávez para rato, de seguir creyendo los lideres de la oposición en "cantos de sirenas". Venezuela dejó de ser un país democrático hace mas de 12 años, y los creen que Chávez va a dejar el poder con los resultados de unas elecciones; siguen viviendo en la estratósfera. Esperemos que Venezuela no tenga que vivir la tragedia de Libia, quien ha tenido que esperar 40 años para revelarse ante el gobierno del tirano Gadafi.
Y como ya comentaba, sigue la epidemia de gobernantes megalómanos en el mundo. El pueblo de Nicaragua esta protestando contra las pretensiones del presidente Ortega de perpetuarse en el poder. En Colombia, recordemos recientemente que el pueblo se opusó a la tercera reelección del ex- presidente Uribe. Y para los que vivimos en los Estados Unidos, vemos en la prensa como acusan al presidente Obama, quien ganó el Premio Nobel de la Paz, de abrir nuevos frentes de guerras durante su mandato; y en particular, se dice que los EE.UU. sigue participando, sin la aprobación del Congreso, en el grupo de naciones que se han unido para crear un frente militar para derrocar a Gadafi. Y a nivel estatal, el nuevo Gobernador de Florida, Rick Scott, ya se ganó el premio del gobernador más impopular de la nación. Se trata de personaje que invirtió millones de dólares en su campaña electoral, y ganó las elecciones a pesar de ser acusado por sus oponentes políticos, de ser responsable de algunos negocios turbios entre sus empresas y el sistema de salud de Florida. El gobernador Scott no tuvo tiempo de vivir la llamada “luna de miel” de los nuevos gobernantes, ya que a los pocos dias de su nombramiento, anunció la apertura de casinos en Florida, de lo cual tuvó que retractarse. Luego, han seguido las criticas sobre sus cortes presupuestarios, en particular, aquellos que afectan los planes de ahorros de los maestros y el programa de ayuda de los retirados (jubilados). Y como siempre, hay que esperar otros cuatro años, para que el pueblo tenga la oportunidad de elegir un nuevo servidor público, que se dedique a corregir los resultados de la gestión de este millonario empresario, quien de paso no engaño a nadie, ya que no se podía esperar nada mejor de una persona con sus antecedentes empresariales y la falta de experiencia en el manejo de la cosa pública. El mayor descaro de este flamante gobernador ocurrió, cuando recientemente afirmó que él ocupa su cargo para gobernar y no por competir por un premio de popularidad. Lo que se podríamos traducir, pase lo que pase, siempre sigo siendo el Rey. Definitivamente, todos viviéramos en un mundo mejor, si los dirigentes del mundo hicieran caso a este pensamiento de Simón Bolívar: "…. el que manda debe oír aunque sean las más duras verdades y, después de oídas, debe aprovecharse de ellas para corregir los males que produzcan los errores".
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