jalexisortiz@hotmail.com
alexisortiz@elpolitico.com
El se ha empinado como un baluarte de la resistencia a los desmanes del gobierno rojo
Es tiempo de reivindicar a nuestros líderes del presente, con futuro promisor y con un pasado que no tienen que ocultar. Sobre todo porque algunos figurines, consentidos de los medios de comunicación social, se empeñan en comprar el discurso chavista de negación global del pasado, de lo que llaman impropiamente la Cuarta República.
Enrique Tejera París, Teodoro Petkoff, Eduardo Fernández, Ramón Guillermo Aveledo, Henry Ramos, Arnoldo Gabaldón, Américo Martín, Oswaldo Alvarez Paz, Gustavo Tarre Briceño, Pompeyo Márquez, Paulina Gamus, Abdón Vivas Terán, Joaquín Marta Sosa, Henrique Salas Romer, Luis Raúl Matos Azocar, Gerver Torres, Ramón José Medina, Haydée Castillo de López Acosta, Carlos Blanco, Carlos Raúl Hernández, Diego Arria, Carlos Ortega, Rafael Marín Jaén, Juan José Caldera, Felipe Mujica, Rafael Orihuela, Antonio Barreto Sira, César Pérez Vivas, VíctorHugo D Paola, Manuel Rosales, Angela Zago, Pedro Mena, Luis Prieto Oliveira, son algunos ejemplos de líderes veteranos que, errores más errores menos, son orgullo del gentilicio venezolano.
Pero hoy quiero hablar de un criollo bregador y persistente a quien quiero mucho. Se trata de Antonio Ledezma, guariqueño de larga trayectoria en Caracas, donde ha sido alcalde, gobernador, senador y diputado. Antonio junto a su esposa Mitzy, son de esas parejas que no se rinden, que siempre se puede contar con ellos para enfrentar el abuso de poder, que como dice la canción: no se hacen el sordomudo cuando se presenta el hecho.
Durante de la Democracia Civil, denominación más justa que Cuarta República, Antonio Ledezma fue un joven político de vanguardia que logró acopiar una enorme experiencia de gobierno y de comunicación con los humildes. Cometió errores, como todos los que tuvimos funciones dirigentes en la época, pero entre esas fallas no se cuentan la corrupción, el aburguesamiento o la cobardía.
En estos tiempos de reino de la sargentería chavista controlada por el comunismo cubano, Antonio se ha empinado como un baluarte de la resistencia a los desmanes del gobierno rojo y, sobre todo, un defensor de los descamisados de Caracas, víctimas del maltrato discriminatorio y la manipulación corruptora de Hugo Chávez, el caudillo manirroto que todavía agobia a la nación entera.
Hay un empeño corrosivo de calculadores astutos, de descalificar el pasado y crear una falsa antinomia entre jóvenes y viejos. Pero eso no pasará, como fracasó el empeño de Chávez de dividirnos entre ricos y pobres. Amén.
alexisortiz@elpolitico.com
El se ha empinado como un baluarte de la resistencia a los desmanes del gobierno rojo
Es tiempo de reivindicar a nuestros líderes del presente, con futuro promisor y con un pasado que no tienen que ocultar. Sobre todo porque algunos figurines, consentidos de los medios de comunicación social, se empeñan en comprar el discurso chavista de negación global del pasado, de lo que llaman impropiamente la Cuarta República.
Enrique Tejera París, Teodoro Petkoff, Eduardo Fernández, Ramón Guillermo Aveledo, Henry Ramos, Arnoldo Gabaldón, Américo Martín, Oswaldo Alvarez Paz, Gustavo Tarre Briceño, Pompeyo Márquez, Paulina Gamus, Abdón Vivas Terán, Joaquín Marta Sosa, Henrique Salas Romer, Luis Raúl Matos Azocar, Gerver Torres, Ramón José Medina, Haydée Castillo de López Acosta, Carlos Blanco, Carlos Raúl Hernández, Diego Arria, Carlos Ortega, Rafael Marín Jaén, Juan José Caldera, Felipe Mujica, Rafael Orihuela, Antonio Barreto Sira, César Pérez Vivas, VíctorHugo D Paola, Manuel Rosales, Angela Zago, Pedro Mena, Luis Prieto Oliveira, son algunos ejemplos de líderes veteranos que, errores más errores menos, son orgullo del gentilicio venezolano.
Pero hoy quiero hablar de un criollo bregador y persistente a quien quiero mucho. Se trata de Antonio Ledezma, guariqueño de larga trayectoria en Caracas, donde ha sido alcalde, gobernador, senador y diputado. Antonio junto a su esposa Mitzy, son de esas parejas que no se rinden, que siempre se puede contar con ellos para enfrentar el abuso de poder, que como dice la canción: no se hacen el sordomudo cuando se presenta el hecho.
Durante de la Democracia Civil, denominación más justa que Cuarta República, Antonio Ledezma fue un joven político de vanguardia que logró acopiar una enorme experiencia de gobierno y de comunicación con los humildes. Cometió errores, como todos los que tuvimos funciones dirigentes en la época, pero entre esas fallas no se cuentan la corrupción, el aburguesamiento o la cobardía.
En estos tiempos de reino de la sargentería chavista controlada por el comunismo cubano, Antonio se ha empinado como un baluarte de la resistencia a los desmanes del gobierno rojo y, sobre todo, un defensor de los descamisados de Caracas, víctimas del maltrato discriminatorio y la manipulación corruptora de Hugo Chávez, el caudillo manirroto que todavía agobia a la nación entera.
Hay un empeño corrosivo de calculadores astutos, de descalificar el pasado y crear una falsa antinomia entre jóvenes y viejos. Pero eso no pasará, como fracasó el empeño de Chávez de dividirnos entre ricos y pobres. Amén.
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