¿Dónde está la conducta irracional?
Irracional: “Opuesto a la razón o fuera de ella”.
Inaudito: “Insoportable, intolerable”.
Razón: “Facultad del hombre de pensar o discurrir”.
Por más que, semana a semana, nos proponemos dedicar tiempo para pensar en términos de futuro, lo que ocurre en la Venezuela del presente, inevitablemente, captura toda nuestra atención. Tal vez requerimos una disciplina más rígida o tomar un curso intensivo de meditación que nos permita colocarnos, en el plano de abstracción total.
Resulta imposible, al menos para nosotros, poder ignorar el proceso que se adelanta, firmemente orientado a destruir toda lógica social, sembrar el desconcierto, la desconfianza, la incertidumbre y la duda permanente. Más aun, confesamos que ya nos resulta absolutamente imposible, poder confiar en ninguna fuente oficial y muy difícil, tener certidumbre en la mayoría de las fuentes alternas de información. En fin, una pérdida de confianza importante que nos genera un agudo desasosiego. Es casi una proeza, poder pensar en propuestas de futuro, cuando, por ejemplo, transcurridos más de 70 días del anuncio de Hugo Chávez de someterse a una operación quirúrgica, no existe ni un diagnóstico, ni un pronóstico. Son ya dos años, de dimes y diretes, de la conversión de un tratamiento médico, a una grave enfermedad, en una tragicomedia que se escribe día a día, haciendo una apología de esa enfermedad. Dos años presenciando el absurdo despliegue del aparato de gobierno para tratar el asunto, dirigido a sus prosélitos políticos.
Declaraciones absolutamente contradictorias, signadas por la abyección total y la ridiculez ilimitada, sustituyen los imprescindibles partes médicos competentes y los solemnes comunicados oficiales que serían lo apropiado. La bufonada, la payasada y el deliberado propósito de confundir, se han convertido en la política de Estado en materia comunicacional. Confesamos que tuvimos un atisbo de esperanza con el nombramiento de Ernesto Villegas y en sus primeros partes oficiales. Sin embargo, muy poco o nada tardo en diluirse esa señal de cambio.
Si esto no fuese suficiente, resulta que luego de reiteradas declaraciones de altos representantes del régimen, negando cualquier opción de devaluación, incluso descalificando a ciertos dirigentes que lo insinuaban, el viernes 08 de febrero, inicio oficial del carnaval, dos de los favoritos súbditos del Rey Momo, decidieron propalar, a dúo, el grito de carnaval, anunciando una devaluación de la moneda de 47%, pasando la tasa oficial de 4,30 a 6,30 bolívares fuertes por dólar imperial.
A partir de allí, la comparsa oficial copó la escena, algunos justificando la decisión de devaluar para defender al pueblo y cuidar sus dólares, evitando la debacle que estarían cocinando los ultraderechistas que quieren desestabilizar al “sólido gobierno revolucionario”. Otros, gritando desaforadamente que el desabastecimiento interno es falso, no existe, ni tampoco la inflación, auguraban, por lo contrario, una gran oportunidad de exportar productos nacionales (???) para Mercosur y anunciaban nuevas medidas complementarias, para proteger al pueblo.
Para no quedarnos por fuera de la comparsa, en nuestro tema de competencia, apareció el inefable Ministro-Presidente, Rafael Ramírez que luego de regalar el oro negro, para consolidar un club internacional de “amigos aprovechadores”, ahora también está encargado de regalar el oro dorado, el níquel plateado, el uranio gris y, en fin, todo aquello que sea del interés chino o ruso.
El señor Ramírez, afirmó que la devaluación de la moneda venezolana frente al dólar no afectará al precio de venta de la gasolina, que seguirá siendo “no barata, sino regalada”, aunque consideró que hay que evitar el despilfarro de combustible.(???)
Añadió, el delicado señor Ramírez que: “no rehuimos ninguna discusión, pero eso no está planteado, no está pensado. No necesitamos tal incremento, gracias a que la política de recaudación fiscal “extraordinaria” que ha impulsado el Gobierno del presidente Hugo Chávez, permite a Venezuela darse “no el lujo, pero sí tener la flexibilidad”, para no necesitar de recaudaciones extras derivadas de la venta interna de los combustibles”. (!!!!!)
Luego, para culminar su faena, nos ratificó su poco conocimiento de la industria, a pesar de haber estado durante los últimos 10 años al frente de PDVSA y 11 años en el Ministerio. Nos explicó Ramírez, en un tono teatral, que en el 2012, “se consumió en el país entre 640.000 y 650.000 barriles diarios de gasolinas, lo cual es un volumen “muy exagerado”, para un país con menos de 30 millones de habitantes. Este nivel de consumo “es un despilfarro inaudito”.
Tenemos la mayor reserva de petróleo del mundo, pero eso no quiere decir que tengamos que mantener una “conducta irracional” respecto al consumo de nuestros recursos naturales. No tiene racionalidad lo que estamos haciendo y eso es una discusión pendiente en el país”. (????)
Este caballero, bajo cuyo mandato, entre otras muchas cosas, ha sido destruida PDVSA y multiplicada la corrupción, nos dice que se consumen 640.000 y 650.000 barriles diarios de gasolinas. Con esto nos deja ver que no sabe cuál es el consumo nacional, ya que, jamás ha existido un consumo nacional de gasolina de tal magnitud, ni siquiera, sumándole el crecimiento del contrabando de extracción, producto de su propia ineptitud y de la conveniencia de sectores militares que están a cargo de la frontera. NO, Ramírez, el consumo de gasolina, incluyendo el contrabando que ocurre por vía terrestre, fluvial y marítima, es de unos 360 mil barriles diarios, lo cual significa un aumento de unos 50 mil barriles por día con relación al 2002.
Ahora bien, para tratar de poner en contexto, donde está la irracionalidad, la falta de razón y el porqué del despilfarro inaudito, es necesario hacer un pequeño análisis, asumiendo como lo acepta el propio Ramírez que PDVSA regala la gasolina en las estaciones de servicio.
De acuerdo con nuestras estimaciones, basadas en la cifras oficiales, incluyendo todos los costos hasta la estación de servicio, el costo de la gasolina pudiese estar alcanzando los 25 $/barril, lo cual significaría un costo de 0,157 $/ litro. Si el suministro de gasolinas proveniente de las refinerías nacionales, lo estimamos, como máximo, en 280 mil barriles diarios, a un costo de 25 $/barril, esto significa que PDVSA pierde anualmente 2,500 millones de dólares por el suministro de gasolinas a las estaciones de servicio provenientes del circuito refinador nacional.
Como referencia, resulta conveniente acotar que el precio de la gasolina de 95 octanos se vende, en el mercado local a 0.097 Bs/litro, lo cual es equivalente 0,0154 $/litro, considerando la tasa de cambio oficial de 6,30 Bs/$. Ahora bien, esto significa que, en el mercado interno venezolano, el barril de gasolina, equivalente a 159,4 litros, se vende a 2,46 $.
En Colombia, por ejemplo, el precio de un litro de gasolina de alto octanaje, oscila entre 1,15 y 1,10 $/litro, es decir 183 $/barril – 175 $/Barril. ¿Con este diferencial, como se lucha con el contrabando?
En el mercado internacional, Costa del Golfo, por ejemplo, un barril de gasolina, a los precios actuales, se debe estar cotizando en unos 145 $/barril CIF (Cost, Insurance, Freight, es decir costo + seguro + flete) y si, tal como lo afirmó el propio Ministro-Presidente Rafael Ramírez, PDVSA "regala" la gasolina a las estaciones de servicio, PDVSA tiene que absorber todo el costo de importación como pérdida.
Sí estimamos que el consumo de combustibles líquidos en el Mercado Interno es de unos 680 mil barriles diarios (incluyendo unos 60 mil barriles diarios de contrabando), de los cuales unos 360 mil barriles corresponden al consumo diario de gasolina y sí, dada la precaria situación de las refinerías nacionales, la producción nacional de gasolinas, incluyendo los volúmenes de mezcla, usando componentes importados de Curazao, no sobrepasa los 280 mil barriles diarios, se estarían importando, alrededor de 80 mil barriles de gasolina, cada día.
Entonces, el costo diario de importación de 80.000 barriles gasolina, a un precio de 145 dólares cada barril, sería de 11 millones 600 mil dólares que se traduce en un costo anual de 4 mil 200 millones. En consecuencia, esto quiere decir que, como afirma el Ministro-Presidente, se regalan para el Mercado Interno y para el contrabando anualmente, casi 7 mil millones de dólares que se traducen en pérdidas para PDVSA, para mantener “subsidiado”, el mercado de la gasolina.
Eso ocurre de manera similar, aunque en menor cuantía, en el mercado de diésel que debe significar de manera volumétrica unos 200 mil barriles diarios dentro del consumo interno nacional de combustibles líquidos.
Entonces Ramírez, ¿De qué lado está la irracionalidad?, ¿Por qué durante 14 años se han negado ajustes controlados de los precios de venta?, ¿Por qué desde el Ministerio, al menos en los últimos 11 años, tiempo de su gestión, no se ha propiciado una política pública de aumento para cubrir, cuando menos, los costos totales de la gasolina?, ¿Por qué se importa gasolina y componentes para su producción nacional?, ¿Quiénes se benefician del contrabando?, ¿Cómo puede controlarse es mercado ilegal cuando el diferencial es tan brutal?, ¿Cuál sector social se beneficia más de estos precios de venta de la gasolina?, ¿Cómo puede pretender desarrollar un mercado de gas natural con un mercado nacional distorsionado?, ¿No le parece que regalar la gasolina, lo cual significa una pérdida que supera los 7 mil millones de dólares anuales, es inaudito?, ¿Por qué no le explica al país lo que sucede en el sector de refinación nacional?, ¿Quién o quiénes son los responsables de estas gigantescas perdidas?, ¿Cuánto suma el total de perdidas cuando añadimos los convenios internacionales de suministro de crudo y productos?, ¿Por qué no se dice claramente cuando producimos, cuanto vendemos, a quienes y cuanto nos pagan? ¿Qué se acabará primero: la producción o el financiamiento? De acuerdo con lo que entendimos de la información publicada en El diario brasileño “Folha de Sao Paulo”, PDVSA estaría dispuesta a pagar con 70.000 barriles de crudo diarios a Petrobras para participar con 40% en la Refinería Abreu e Lima, ubicada en el estado de Pernambuco.
Entonces Ramírez, ¿De qué lado está la irracionalidad?, ¿Por qué durante 14 años se han negado ajustes controlados de los precios de venta?, ¿Por qué desde el Ministerio, al menos en los últimos 11 años, tiempo de su gestión, no se ha propiciado una política pública de aumento para cubrir, cuando menos, los costos totales de la gasolina?, ¿Por qué se importa gasolina y componentes para su producción nacional?, ¿Quiénes se benefician del contrabando?, ¿Cómo puede controlarse es mercado ilegal cuando el diferencial es tan brutal?, ¿Cuál sector social se beneficia más de estos precios de venta de la gasolina?, ¿Cómo puede pretender desarrollar un mercado de gas natural con un mercado nacional distorsionado?, ¿No le parece que regalar la gasolina, lo cual significa una pérdida que supera los 7 mil millones de dólares anuales, es inaudito?, ¿Por qué no le explica al país lo que sucede en el sector de refinación nacional?, ¿Quién o quiénes son los responsables de estas gigantescas perdidas?, ¿Cuánto suma el total de perdidas cuando añadimos los convenios internacionales de suministro de crudo y productos?, ¿Por qué no se dice claramente cuando producimos, cuanto vendemos, a quienes y cuanto nos pagan? ¿Qué se acabará primero: la producción o el financiamiento? De acuerdo con lo que entendimos de la información publicada en El diario brasileño “Folha de Sao Paulo”, PDVSA estaría dispuesta a pagar con 70.000 barriles de crudo diarios a Petrobras para participar con 40% en la Refinería Abreu e Lima, ubicada en el estado de Pernambuco.
La refinería está reprogramada para entrar en operación para finales de 2014. (El proyecto original de esta refinería lo conocemos, al menos nosotros, desde el año 2000, pero por razones económicas y de mercado, nunca se materializó). No sabemos el resultado, pero consideramos que Petrobras está buscando dinero para financiar sus proyectos Costa Afuera, lo cual los ha llevado a abandonar proyectos en otros países. Una vez más, nos queda muy claro que PDVSA no tiene flujo de caja libre para invertir. Veremos.
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