Antonio A. Herrera-Vaillant
En Venezuela entramos en una fugaz etapa que evoca la efímera existencia de un plátano, ó maduro como se dice popularmente.
El plátano es frágil fruto de hierba perenne cuyo tronco se compone de múltiples vainas. Nace y crece en racimo, y su vida autónoma es sumamente corta a partir de la maduración.
En escaso tiempo sus partes se tornan babosas, pasando rápidamente a un estado de putrefacción que atrae numerosas moscas. Luego sirve apenas para abonar.
En su apogeo al plátano se le puede comer crudo, sólo o picadito en ensalada de frutas - pero en dosis pequeñas - pues en mayor cantidad empalaga y se hace altamente indigesto.
Al plátano también se le puede freír en aceite hirviendo (como pretendió el difunto Presidente con las cabezas de los adecos), flambear en medio de llamas. O se le hornea a fuego un poco más lento. Son muchos los modos de cocinarlo.
Este nuevo proceso viene signado por la simbólica presencia de Diego Armando "Mano de Dios" Maradona - emblema mundial de sucia trampa, deshonestidad y falta de ética.
Acá unas misteriosas manos, más demoníacas que divinas, también alteran resultados.
Cerrado el ciclo vital de Chávez se nos presenta su gigantesca efigie como uno de esos enormes globos que representan su figura. Pero este globo viene inflado de mortales gases venenosos, como los del Guasón en el desfile de "Batman" donde repartían billetes a troche y moche. Toca desinflarlo con sumo cuidado.
El mundo entero ha visto un improvisado títere sin gorra que dice y se desdice de un día para otro, como escuchando voces de distintos ventrílocuos. Su cobarde negativa al simple reconteo de votos es plomo para el ala del frágil pajarito que algún día le aleteó en la cara.
Paralelamente se crece la figura de Henrique Capriles Radonski, que cada día se consolida como referencia de carne y hueso, llenando vacios de genuino liderazgo para todos los venezolanos. Casi un millón de chavistas que creímos se abstendrían se le pasaron de bando de un solo salto.
Quienes hoy pretenden mandar al país perviven agarrados del lomo de un feroz tigre, del que no podrán apearse sin ayuda especial, so pena que se los coma primero a ellos.
El títere desatado insiste en espolear - con arrogante prepotencia - al indómito animal, frente a la inapelable realidad de una aparente e irrisoria ventaja de 1%, arañada a punta de un descarado abuso, intimidación y más de 3500 trampas documentadas.
En Venezuela la historia continúa a paso cada vez más acelerado; así que como diría mi tío, el inolvidable Eloy "Buck" Canel: "no se vayan que esto se pone bueno"
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