Thursday, March 8, 2012

Capriles Randonsky hacia la victoria


Capriles Randonsky hacia la victoria

Abel Ibarra



Existe una gleba electoral subvencionada monetaria y emocionalmente por Chávez que tiene una cabeza borbónica: no olvida ni perdona, a lo que habría que agregar que tampoco aprende, aparte de que tiene un corazón que no escucha el rumor de la calle y se contenta con seguir a pie juntillas el soliloquio de sus latidos mezquinos que no les permiten ni siquiera leer la prensa.

Cuando el otrora Júpiter tonante se vio obligado a confesar que sufría una grave enfermedad (no la nombro por Cábala), comenzaron las plañideras a destajo a jurarle su amor eterno (no vaya a ser que se recomponga) y a lamentarse de que éste pueda no regresar a su pasado de super héroe jactancioso, porque sin él “no se sabe que va a hacer la oposición con nosotros”.

Bueno, la oposición, convertida ahora en la alternativa democrática, ha dicho a través de sus voceros de la Mesa de la Unidad, que derrotar a Chávez marca el comienzo de la reconciliación entre los venezolanos que nos hemos visto obligados a medio vivir en un charco de odio, chantaje y exclusión, que dejó por fuera todo sentido de convivencia.

Nuestro candidato presidencial Henrique Capriles Radonsky, en un empeño por zanjar este barranco de diferencias que nos acogota, han declarado que un objetivo fundamental es conquistar precisamente “al pueblo chavista”, ese mismo que en el pasado votó por varios de los partidos que hoy conforman la Mesa de la Unidad, pero que cayó bajo el embrujo fetichista de un alucinado que trajo consigo un desastre peor que la enfermedad que prometió curar y, ahora, están del “viaje de regreso del sueño”, como diría nuestro  Andrés Eloy Blanco, trovero, venezolano y universal.

Pero hay gente empeñada es discusiones morbosas e inútiles acerca de la enfermedad de Chávez, a pesar de que hemos dicho hasta la saciedad que lo importante es que ésta pueda ser superada por el presidente para que el 7 de octubre reciba una sanción de la gente que lo va a sacar con sus votos del poder.

Ha quedado demostrado que el sentimiento de misericordia que Chávez produce con lo que el ingenio del venezolano ha llamado “Misión lástima”, no se traduce en intención de votos sino, por el contrario, genera un sentimiento de rechazo ante el abuso de propaganda y derroche de explotación macabra de una carencia: nadie va a votar por quien no garantiza la continuidad en el poder.

La idea de invencibilidad que Chávez pretendió inocular en el alma del venezolano se comienza a desvanecer y el pueblo saldrá a votar masivamente el 7 de octubre, de la misma manera como lo hizo el 12 de febrero como un adelanto de lo que será la victoria de Henrique Capriles Radonsky, como el primer paso para restaurar nuestra democracia.

No comments:

Post a Comment