Abel Ibarra
Henrique Capriles Radonski y la Venezuela del futuro están ganando las elecciones. Las encuestas serias, los exit poll realizados el día del simulacro de votación, los actos masivos en todas las regiones, la atmósfera de entusiasmo que se respira en la calle y la desesperación del gobierno, así lo confirman. Mientras el flaco recorre incansablemente el país y la gente acude en masa a su encuentro, el Chávez saliente se contenta con amarrarse a cadenas televisivas, empastelado de maquillaje, para hacer chistes malos que sólo sus ministros ríen por miedo. Sale del estudio improvisado junto a su cuarto de terapia intensiva para que no camine mucho, y se encierra con los cubanos en la sala situacional (contigua al estudio de TV) a diseñar una fallida guerra sucia que termina resbalando como el lodo al drenaje cuando la lluvia cesa.
El presidente saliente compra la voluntad del ambiguo David de Lima, ex gobernador de Anzoátegui y amigo íntimo de Willian Tarek Saab, su heredero, con una oferta paquete: el perdón judicial por los actos de corrupción que cometió con exceso, más algunos dolaritos que lo ayudarán a aumentar (por poco tiempo) el colesterol que le abulta la papada. William Ojeda, aquel periodista que saltó a la palestra pública con un libro en el cual preguntaba ¿Cuánto vale un juez?, nos dio la clave de cuánto vale un diputado como él: 300 mil dólares más la promesa de ser candidato a la alcaldía de Petare, en el Estado Miranda, postulación que perdió en las multitudinarias elecciones primarias que realizó la oposición.
Y, aquí en Miami, periodistas como Oswaldo Muñoz, dueño del semanario “El venezolano”, se ha dedicado con fervor digno de mejor causa a sabotear el trabajo exitoso de la Mesa de la Unidad Democrática que, bajo la dirección de Pedro Mena y Alexis Ortiz, condujo a que la votación de nuestro circuito electoral fuera la más alta de todo el país que nos duele aquí y allá. Oswaldo Muñoz, a pesar de que Pedro Mena y Alexis Ortiz lo han defendido contra todos los intrigantes de pasillo, lejos de mostrar agradecimiento, se ensaña contra ellos.
Cuando Kiko Bautista estuvo en Miami, la Mesa de la Unidad Democrática le hizo una recepción en “El Arepazo 2” que fue todo un éxito de asistencia. Pues bien, al día siguiente, domingo, buscando tener los cenitales sobre su cabeza, Oswaldo Muñoz convocó algo parecido en el mismo lugar, y pagó 30 o 32 desayunos que se le quedaron fríos, sencillamente porque no tiene poder de convocatoria. “Esto es culpa de Pedro Mena y Alexis Ortiz”, gritó con la misma histeria de David de Lima. A lo que Yolanda Medina, empleada suya en “El Venezolano” desde hace todos los años de exilio, jefe de prensa de la Mesa de la Unidad Democrática y Jefe de Prensa del Comando de Campaña, le respondió con los ovarios en la boca: “Tú no puedes acusar a Pedro ni Alexis, porque ellos no sabían de este evento”, a lo que Muñoz respondió, “si tú los defiendes a ellos entonces estás botada”.
Lo más triste es que un colaborador de Oswaldo Muñoz (que estaba en el desayuno frustrado) le mandó un email a Yolanda diciéndole que “eso te pasa por defender a terceros”. Y Yolanda reenvió el texto para que todos sepamos quién es ese vivo que se dará con las espuelas y estará siempre dispuesto a vender a cualquiera, como ya lo hará con su amo.
Yo seguiré a favor de gente como Yolanda Medina, ganando o p
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