Saturday, December 10, 2011

No lo llame Cemento…

              No lo llame Cemento… 
                                                       

En días recientes fue noticias el pago de la indemnización a Cemex por la expropiación de sus plantas de cementos en Venezuela, por un monto  de $ 600.000.000,oo. Es imposible pasar desapercibido tal acontecimiento, recuerdo que entre las razones “estratégicas” para la expropiación,  estaba el hecho que el cemento era desviado a los mercados internacionales en desmedro del mercado local, han pasado 3 años desde entonces y  ahora nos preguntamos : Hacia dónde se están llevando el cemento?,  porque  no lo vemos!. Este acontecimiento nos lleva a las siguientes reflexiones:

Cadivi fue creado para evitar la fuga de capitales, entonces,  qué sentido tiene el control de cambio,  si el mismo gobierno le facilita el camino para que $ 600.000.000,oo. se vayan del país con bombos y platillos, sin boleto de retorno.
Es paradójico porque si un venezolano, necesita  divisas para un viajes al exterior sólo nos permiten $2.500,oo anuales.

Llama la atención que un País como Paraguay, gracias a la Ley 60/90  (de incentivos a la inversión) celebra por todo lo alto que la inversión directa extranjera por parte de todas las empresas privadas internacionales, al mes de noviembre, asciende a los $535.000.00, monto inferior al que en Venezuela le pagamos a una sola empresa como Cemex para que se fuera  del país.

En qué podríamos invertir esos millones de dólares para generar empleos?, podemos hacer el siguiente ejercicio : En el mismo Paraguay se está construyendo “Iguazú Cementos”, esta cementera tendrá un producción anual de 400.000 toneladas de cemento, generará unos 1.000 empleos durante la construcción y 300 en la etapa de producción, a un costo de $135.000.000,oo, con el dinero pagado a Cemex se podrían haber construido 3 plantas cementeras, agregar 1.200.000 Tn de cementos a la producción nacional, se crearían 3.000 empleos durante su construcción y 900 empleos directos durante su operación, con esa oferta adicional de cementos se reforzaría la Gran Misión Vivienda Venezuela, se le daría oportunidad de arrancar otros proyectos de construcción con capital privados, lo cual redundaría en mayores fuentes de empleos productivos.

Otro escenario podría ser el siguiente : En la misma nación guaraní, dentro de las empresas que se instalaron este año, se destaca un fábrica de zapatos de la firma Dass, con una inversión de $19.000.000,oo , con una producción de 1.200.000 pares anuales, la cual creará 600 empleos directos; con los $600.000.000  que pagamos por la expropiación, podríamos hacer de Guayana un gran polo industrial del Calzado, donde se instalarían 30 fábricas similares, con una producción de 36.000.000.oo de pares anuales, no solo cubriríamos la demanda nacional sino que tendríamos capacidad para exportación y dada nuestra ubicación privilegiada, tenemos mercados cautivo a países vecinos como el nordeste de Brasil y Sur de Guyana, a donde se podría llevar por vía terrestre considerando el bajo precio del combustible y a las islas del Caribe por el canal del Orinoco: Además de reactivar la industria del transporte, esas exportaciones son dólares que recibiría nuestro país que tanto requiere de  fuentes alternas a la petrolera como generadora de divisas. Con esas 30 fábricas  se le daría empleos productivos a 18.000 personas (esto es equivalente al número de empleos de las empresas del sector aluminio), allí tendrían cabida todos los llamados "Tercerizados" de las industrias básicas, los 1200 "Buhoneros" del centro de San Félix y demás profesionales universitarios que hoy día hacen del servicio del taxi su nueva ocupación.

La creación de empleos productivos debe ser el norte de todo país comprometido con el progreso de su población, cuando pagamos cada una de las expropiaciones, estamos comprando empresas  sin crear nuevos empleos y sacrificamos miles de ellos, empresas con una importante inversión nacional o extranjera arraigada, que a pesar de los escenarios económicos y políticos hostiles, insiste en quedarse en el país.                        

Cuando se hace una expropiación espantamos a los capitales frescos interesados en invertir en nuestros país,  eligen otros destinos y perdemos todos,  porque dejamos de invertir en otras áreas que pueden ser muy productivas desde el punto de vista social, con la disminución del desempleo y por ende de la delincuencia, perdemos la posibilidad real de que una parte de la población logre su empoderamiento  a través de su salario por un empleo productivo.


David Bermudez
Puerto Ordaz

                                  David Bermudez

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