La oposición democrática en la
hora de la autocrítica
Apreciamos la conducción sobria y sabia de la unidad
democrática venezolana, encarnada entre otros por el querido Ramón Guillermo
Aveledo y los partidos políticos con sus distintas visiones. Pero los recientes
resultados electorales obligan a la oposición democrática a reflexiones
autocríticas, ineludibles a nuestro juicio.
Dentro de la necesidad de establecer una nítida
diferenciación con las imposturas del chavismo, es de rigor plantearnos el más
riguroso respeto al principio de la alternabilidad republicana.
La rotación de los liderazgos, circulación de las élites y rechazo a los
nepotismos y desviaciones dinásticas, son componentes que no se pueden extirpar
de la armazón democrática.
La distorsión chavista de continuismo, eternización en
el poder y herencia de los cargos, no puede ser mimetizada en la conducta
cotidiana de los dirigentes de la oposición.
En tal sentido, es también enojoso que gobernadores y
alcaldes de la oposición pretendan agotar décadas o reelegirse repetidamente
para sus funciones y, lo que es peor, traspasar los mandos a sus amigos
íntimos, familiares, hijos, esposas y en algún caso, hasta a la madre del
funcionario saliente.
Comprar el discurso chavista de negación global del
pasado, su sectarismo partidista, el maniqueísmo (revolucionarios buenos versus
democráticos malos…jóvenes si viejos no…paraíso comunista cubano frente a
imperialismo norteamericano), el populismo estatista y clientelar afincado en
el gasto público y el asistencialismo que convierte a los ciudadanos en
limosneros del estado e imposturas similares, deben ser negadas por la acción
ejemplarizante de los protagonistas de la democracia civil.
En mi caso, para ser coherente, he decidido de manera
irrevocable no aceptar más cargos directivos en los esquemas de la unidad de la
oposición en los Estados Unidos, donde vivo como desterrado por el abuso
chavista. No quiero aparecer aferrado a las posiciones, como algunos dirigentes
de partidos de oposición que ya van para las dos décadas en los cargos y ni
piensan en darle la oportunidad a otros compañeros.
Claro que siempre estaré disponible para apoyar como
militante de base o consejero de los más jóvenes, los programas y acciones de
la Mesa de Unidad Democrática (MUD).
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