Por Comandante Huber Matos
Martes, 19 de Marzo de 2013 00:19
Secretario General de Cuba Independiente y Democrática (CID).
Raúl Castro abrió la caja de Pandora dejando salir a Yoani Sánchez, Rosa María Payá, Bertha Soler y Eliecer Ávila. Cometió un gran error y está pagando el precio de su mal juicio.
El dictador heredero, que se cree un conspirador nato, seguramente pensó que con las salidas de estos compatriotas la dictadura en Cuba parecería en el exterior más flexible. Esa es la imagen que en los últimos años el castrismo ha tratado de proyectar. La de una transición en la cual el pueblo tendrá más opciones. Así los ingenuos en el exterior pueden anunciar el advenimiento de
una nueva era en la isla. Para que todos crean que el camino a la democracia primero pasa por una etapa capitalista.
En otras palabras, que es posible reformar el sistema desde adentro, siguiendo sus reglas y jugando a negociar con los castristas. Un juego donde ellos tienen todo el poder represivo en sus manos, como hacer las leyes, aplicarlas,repartirse el botín del Estado, meter en la cárcel, o matar, o enfermar al que quieran y manipular la opinión pública con un monopolio casi completo de la
información.
Eso es lo que han hecho en China, en Rusia y en Vietnam. Eso es lo que quieren hacer en Cuba. Otra versión de lo que ha sucedido en Venezuela.
Como parte de esta estrategia, desde hace algunos meses lanzaron ofensivas contra el embargo, entre ellas la reforma migratoria. Y sus simpatizantes presentaron propuestas dirigidas al gobierno de los Estados Unidos.
En mi opinión la salida de Yoani Sánchez, Rosa María Payá, Bertha Soler y Eliecer Ávila no fue una concesión a nadie ni producto de la presión internacional sino parte de este plan. Pero lo que Raúl Castro no imaginó era lo mal que le iba a resultar su decisión. ¿Por qué razón?
Porque si sumamos lo que ha dicho cada uno de ellos, la imagen negativa del castrismo ha aumentado en forma sustancial. Por ejemplo Yoani Sánchez pudo convencer a millones de brasileños confundidos de que el castrismo y su revolución son una farsa. De que en Cuba se vive sin libertad y que el pueblo está descontento.
Esto lo logró Yoani por su prestigio e inteligencia, por el interés y la ayuda que los medios de comunicación le brindaron en Brasil y por el apoyo de un manzanillero excepcional como Jorge Fonseca que vive allí. Otro error de los castristas fue hacerle actos de repudio durante su estadía en Brazil. Con esto provocaron interés en lo que tenía que decir nuestra compatriota. Yoani ha continuado su gira por el mundo cosechando simpatías y abriendo los ojos de mucha gente.
Luego, las declaraciones de Rosa María Payá sobre la muerte de su padre, las amenazas a su familia y la conversación que tuvo con Ángel Carromero fueron una verdadera bomba de profundidad a la dictadura castrista en España y el mundo. Las declaraciones de Ángel Carromero al periódico Washington Post, que sin duda
fueron el resultado de la visita que le hizo Rosa María, han esclarecido lo que le sucedió a Oswaldo Payá y a su compatriota Harold Cepero.
El régimen en Cuba no podrá medir, porque no tiene ni la sensibilidad política ni la capacidad de asimilación, la marcha atrás que significan las declaraciones de Rosa María Payá y Ángel Carromero. Las dictaduras casi nunca entienden el desprestigio que sufren cuando sus crímenes son descubiertos. Los dictadores viven en un tipo de engaño donde les cuesta mucho trabajo reconocer cuán mal están en la opinión pública.
Las inteligentes declaraciones de Eliecer Ávila se han sumado a toda esta verdadera ofensiva denunciando al castrismo en el mundo. El hecho de que haya sido un joven vinculado al gobierno le da una credibilidad especial cuando habla de Cuba, del descontento de la población, de los fracasos del régimen y de la necesidad de que los personeros de la dictadura se vayan y el país comience con un nuevo gobierno. Su decisión de fundar un partido político cuando regrese a Cuba seguramente será una contribución valiosa a la política opositora. Le deseamos mucho éxito.
Y por último la salida de Bertha Soler y sus fulminantes declaraciones han sido lo que acabó de poner las cosas en su lugar. En primer lugar Bertha Soler señaló la vinculación de la dictadura en las muertes de Orlando Zapata, Laura Pollán y Oswaldo Payá. Bertha no anduvo con rodeos, fue directo al tema de la represión contra estos dirigentes y ha sido directa contra los abusos a las
Damas de Blanco y a la población. Bertha Soler ha seguido diciendo las cosas por su nombre y con cada declaración va derrumbando el mito de los cambios del castrismo en Cuba.
Las declaraciones de Rosa María Paya, las de Ángel Carromero y las de Bertha Soler han puesto al gobierno español en una encrucijada: o se hacen los disimulados y pagan el precio político de esta débil actitud, o se tienen que pronunciar sobre lo que está pasando en Cuba y tomar una posición consecuente a la de dirigentes democráticos fieles a sus principios.
Tal vez si la dictadura la hubiera dejado a salir a Rosa María Paya y las de Bertha Soler primero sus declaraciones hubieran tenido menos impacto, pero en eso también se equivocaron. Las declaraciones de Yoani y Elicer fueron como si prepararan el terreno para las de Rosa María y las de Bertha.
Raúl y sus camaradas se equivocaron en grande esta vez y el precio a pagar ha sido muy alto. El régimen está ahora más desacreditado que nunca. Por eso expresamos nuestro respeto y agradecimiento a estos cuatro compatriotas que con su esfuerzo han contribuido en forma sustancial a la causa de la libertad y la democracia de Cuba.
Martes, 19 de Marzo de 2013 00:19
Secretario General de Cuba Independiente y Democrática (CID).
Raúl Castro abrió la caja de Pandora dejando salir a Yoani Sánchez, Rosa María Payá, Bertha Soler y Eliecer Ávila. Cometió un gran error y está pagando el precio de su mal juicio.
El dictador heredero, que se cree un conspirador nato, seguramente pensó que con las salidas de estos compatriotas la dictadura en Cuba parecería en el exterior más flexible. Esa es la imagen que en los últimos años el castrismo ha tratado de proyectar. La de una transición en la cual el pueblo tendrá más opciones. Así los ingenuos en el exterior pueden anunciar el advenimiento de
una nueva era en la isla. Para que todos crean que el camino a la democracia primero pasa por una etapa capitalista.
En otras palabras, que es posible reformar el sistema desde adentro, siguiendo sus reglas y jugando a negociar con los castristas. Un juego donde ellos tienen todo el poder represivo en sus manos, como hacer las leyes, aplicarlas,repartirse el botín del Estado, meter en la cárcel, o matar, o enfermar al que quieran y manipular la opinión pública con un monopolio casi completo de la
información.
Eso es lo que han hecho en China, en Rusia y en Vietnam. Eso es lo que quieren hacer en Cuba. Otra versión de lo que ha sucedido en Venezuela.
Como parte de esta estrategia, desde hace algunos meses lanzaron ofensivas contra el embargo, entre ellas la reforma migratoria. Y sus simpatizantes presentaron propuestas dirigidas al gobierno de los Estados Unidos.
En mi opinión la salida de Yoani Sánchez, Rosa María Payá, Bertha Soler y Eliecer Ávila no fue una concesión a nadie ni producto de la presión internacional sino parte de este plan. Pero lo que Raúl Castro no imaginó era lo mal que le iba a resultar su decisión. ¿Por qué razón?
Porque si sumamos lo que ha dicho cada uno de ellos, la imagen negativa del castrismo ha aumentado en forma sustancial. Por ejemplo Yoani Sánchez pudo convencer a millones de brasileños confundidos de que el castrismo y su revolución son una farsa. De que en Cuba se vive sin libertad y que el pueblo está descontento.
Esto lo logró Yoani por su prestigio e inteligencia, por el interés y la ayuda que los medios de comunicación le brindaron en Brasil y por el apoyo de un manzanillero excepcional como Jorge Fonseca que vive allí. Otro error de los castristas fue hacerle actos de repudio durante su estadía en Brazil. Con esto provocaron interés en lo que tenía que decir nuestra compatriota. Yoani ha continuado su gira por el mundo cosechando simpatías y abriendo los ojos de mucha gente.
Luego, las declaraciones de Rosa María Payá sobre la muerte de su padre, las amenazas a su familia y la conversación que tuvo con Ángel Carromero fueron una verdadera bomba de profundidad a la dictadura castrista en España y el mundo. Las declaraciones de Ángel Carromero al periódico Washington Post, que sin duda
fueron el resultado de la visita que le hizo Rosa María, han esclarecido lo que le sucedió a Oswaldo Payá y a su compatriota Harold Cepero.
El régimen en Cuba no podrá medir, porque no tiene ni la sensibilidad política ni la capacidad de asimilación, la marcha atrás que significan las declaraciones de Rosa María Payá y Ángel Carromero. Las dictaduras casi nunca entienden el desprestigio que sufren cuando sus crímenes son descubiertos. Los dictadores viven en un tipo de engaño donde les cuesta mucho trabajo reconocer cuán mal están en la opinión pública.
Las inteligentes declaraciones de Eliecer Ávila se han sumado a toda esta verdadera ofensiva denunciando al castrismo en el mundo. El hecho de que haya sido un joven vinculado al gobierno le da una credibilidad especial cuando habla de Cuba, del descontento de la población, de los fracasos del régimen y de la necesidad de que los personeros de la dictadura se vayan y el país comience con un nuevo gobierno. Su decisión de fundar un partido político cuando regrese a Cuba seguramente será una contribución valiosa a la política opositora. Le deseamos mucho éxito.
Y por último la salida de Bertha Soler y sus fulminantes declaraciones han sido lo que acabó de poner las cosas en su lugar. En primer lugar Bertha Soler señaló la vinculación de la dictadura en las muertes de Orlando Zapata, Laura Pollán y Oswaldo Payá. Bertha no anduvo con rodeos, fue directo al tema de la represión contra estos dirigentes y ha sido directa contra los abusos a las
Damas de Blanco y a la población. Bertha Soler ha seguido diciendo las cosas por su nombre y con cada declaración va derrumbando el mito de los cambios del castrismo en Cuba.
Las declaraciones de Rosa María Paya, las de Ángel Carromero y las de Bertha Soler han puesto al gobierno español en una encrucijada: o se hacen los disimulados y pagan el precio político de esta débil actitud, o se tienen que pronunciar sobre lo que está pasando en Cuba y tomar una posición consecuente a la de dirigentes democráticos fieles a sus principios.
Tal vez si la dictadura la hubiera dejado a salir a Rosa María Paya y las de Bertha Soler primero sus declaraciones hubieran tenido menos impacto, pero en eso también se equivocaron. Las declaraciones de Yoani y Elicer fueron como si prepararan el terreno para las de Rosa María y las de Bertha.
Raúl y sus camaradas se equivocaron en grande esta vez y el precio a pagar ha sido muy alto. El régimen está ahora más desacreditado que nunca. Por eso expresamos nuestro respeto y agradecimiento a estos cuatro compatriotas que con su esfuerzo han contribuido en forma sustancial a la causa de la libertad y la democracia de Cuba.
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