Ernesto García Mac Gregor
Por allá en la época de la guerrilla, la izquierda venezolana declaró que la urbanidad, las buenas costumbres, el buen gusto, y todo lo relacionado con las más fundamentales normas de educación eran hábitos propios de la sociedad decadente burguesas y por tanto debían ser combatidos. Nada nuevo si se considera que según los cánones comunistas, la religión es el opio de los pueblos, o si se recuerda el genocidio de la revolución cultural china cuya finalidad era acabar con todo vestigio de cultura, religión o familia. O las matanzas del criminal Pol Pot y su revolución Khmer Rouge en Camboya quien ordenó fusilar a todos los padres que tuviesen educación (3 millones), mientras que los niños sobrevivientes fueron puestos a la orden y patria potestad del Estado para fabricar, dentro del desarrollo endógeno (¿les suena familiar el término?), al nuevo hombre socialista.
http://textosyanexos.blogspot.com/2013/03/el-don-de-gente.html
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