“El
que ha sido mordido de culebra, cuando ve el bejuco brinca”.
Saber
popular
Justo
en días recientes, tuvimos la oportunidad de rencontrarnos con grandes amigos
con quienes hemos venido compartiendo la idea, cada vez más posible, de
presentar un proyecto de país, basado en la tecnología, el conocimiento y la
educación, concebido en defensa del sistema democrático y su desarrollo cada
vez más profundo. Cierto que este planteamiento parece, por ahora, tan solo un
sueño, una ficción o, como lo diría Andrés Eloy Blanco, “vapores de la
fantasía; son ficciones que a veces dan a lo inaccesible una proximidad de
lejanía.” La verdad es que así parece
ser, porque por ahora, tenemos un régimen que desgobierna a Venezuela y solo se
plantea, su destrucción imponiendo una constante sucesión de barbaridades y
exabruptos, acompañados de una incesante emisión de promesas y supuestas
soluciones que solo persiguen ayudar a los sectores más pobres a sobrevivir en
la pobreza, generando el falso paradigma de la ayuda y la esperanza en el
futuro.
Sin
embargo, estamos persuadidos que los días de oprobio están contados y, más
temprano que tarde esta propuesta y otras similares, buscarán convencer a diferentes actores políticos, académicos y
empresariales claves, sobre su extraordinaria significación, si se articula de
manera conveniente, para el inicio de
una acción política democrática que potenciaría el uso del conocimiento, basado
en la ciencia y la tecnología.
Esto
viene al caso, porque durante los últimos días, hemos observado un muy
interesante debate de ideas y posiciones enfrentadas, en el seno de la
alternativa democrática, sobre la aplicación del “Chip” (circuito integrado),
impulsado por PDVSA para “combatir el contrabando”.
Es
momento de confesar que esta idea del chip u otro mecanismo similar, es algo
que, desde nuestro punto de vista, deberá analizarse de manera acelerada porque
la problemática de la gasolina en el mercado interno nacional, es un asunto de
vital importancia de cara al futuro para poder sincerar la matriz energética
del país. De modo que, los argumentos que reivindican el uso del chip, como los
expresados por Elio Ohep, en PetroleumWorld, son ampliamente aceptados por
nosotros, en especial cuando se afirma: “Es
la manera práctica efectiva y eficiente para en un futuro el Ministerio de
Energía pueda controlar eficientemente el consumo de gasolina de cada uno de
los vehículos en el país, y por ende establecer políticas públicas donde
hubiese una diferencia justa en el precio del combustible de acuerdo al perfil
de cada vehículo. Por ejemplo, con parámetros como: marca, modelo, consumo y
ano del vehículo, con consumo por un periodo determinados, por las rentas
declaradas anualmente al SENIAT del propietario del vehículo entre otros
parámetros, podría crearse un perfil para cada vehículo, podríamos tener una
diferenciación en el precio del combustible asociada a un precio a pagar
diferente por el combustible, tal como lo hacen en otros países”.
Compartimos
esta afirmación, ya que, aun cuando no estamos de acuerdo con medidas
permanentes de discriminación de ningún tipo, tenemos que entender que de
manera transitoria y en tanto, se generen las soluciones y programas
permanentes, serán necesarias medidas selectivas. Algo similar a las Misiones,
las cuales, si bien no consideramos una solución estructural y permanente, será
necesario extenderlas, eso si, a tiempo finito, hasta que el nuevo modelo
político, sea capaz de ofrecer, empleos dignos y oportunidades para mejorar la
calidad de vida de los venezolanos en pobreza extrema.
Sin
embargo, el hecho claro, inequívoco e indiscutible que este dispositivo
electrónico, no servirá para reducir el contrabando de combustible desde el
Zulia hacia territorio colombiano, nos induce a pensar, de manera acertada, en
nuestra opinión, que será un nuevo instrumento para permitirle a la “robolución en el poder”, cumplir con el
objetivo de ejercer el control para fines político-partidistas,
manipulando el apoyo electoral en función
de suministros excedentarios y montar un aparataje de corrupción, para
beneficiar a sectores de oficialistas, dentro y fuera de PDVSA.
En
fin, la propuesta, así formulada por la empresa y defendida, de manera
vehemente, por líderes del PSUV y PDVSA, deja traslucir una relación de
sometimiento-poder-control que tiene como soporte a la tecnología y por
ende, se da una combinación en la cual,
la tecnología puede servir como instrumento
para el control.
Por
otro lado, nadie desde el “desgobierno nacional”, se atreve a reconocer que los
ingentes volúmenes de contrabando de gasolina y diesel que salen del país rumbo
a Colombia, Brasil, Guyana y países de la comunidad caribeña, solo pueden ser
posibles, gracias a la complicidad de miembros de las Fuerzas Armadas
Bolivarianas con funcionarios públicos y empleados de PDVSA. Estamos hablando
de 12 millones litros diarios, es decir 360 millones de litros mensuales y 4
mil 300 millones de litros anuales. Si suponemos que cada carro hace dos viajes
de contrabando diario, es decir unos 120 litros, serán necesarios 100 mil
vehículos en el territorio nacional dedicados a tal fin ¿Cuántos viajes serán
necesarios para lograr esta proeza anual?
Sobre
este punto en particular, Laureano Márquez, escribió la semana pasada, en Tal
Cual y Noticiero Digital, lo siguiente:
“Obviamente, el precio de la gasolina en
nuestro país es altamente competitivo para la “exportación” paralela. Pensarán
los contrabandistas: “si el gobierno la regala y nosotros la vendemos, somos
más patriotas todavía”. Hace algunos años incluso se llegó al descaro de lanzar
una manguera por un río hacia Colombia. En los estados fronterizos es vox
pópuli cómo sale la gasolina, quién lo hace, cómo se reparte la ganancia, lo
que cuesta un cargo de vigilancia en la frontera, cuántos carros y quintas
tiene el que comanda el “operativo” y pare usted de contar”.
Por
estas y muchas otras razones, estamos muy de acuerdo con la oposición planteada
en el Zulia, a los chips de PDVSA, sin embargo, creemos que la explicación debe
profundizarse, porque podría suceder que, en tan solo algunos meses, ese
planteamiento de instrumentar los chips, provenga desde el nuevo gobierno, eso
si, con otros fines, ajenos al control político y el ejercicio del poder
omnímodo.
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Contrato
colectivo FUTPV y PDVSA: Otra opereta
electorera.
La
verdad es que como profesional que esta muy identificado y consustanciado con
el movimiento sindical y su imprescindible presencia, para transitar el camino
democrático en la construcción de una sociedad más justa, precursora del
trabajo digno y vigilante y del proceso mejorador de la calidad de vida que
permitira sacar cada vez más ciudadanos de la pobreza extrema, nos causa una
profunda repulsión, la vergonzosa actuación de algunos impostores que fungen
como líderes sindicales. Estos señores, encabezados por Wills Rangel, se burlan
de los trabajadores y arman toda una tramoya, en la supuesta discusión de una Convención
Colectiva, previamente acordada con el desgobierno y PDVSA, para después hacer
un gran anuncio que en medio de la campaña electoral, seguramente le permita a
su único líder, Hugo Chávez, aparecer como el salvador, el vengador y el gran
aliado de los trabajadores. Podemos anticipar que esa será la escena final
antes de la firma oficial de la Convención Colectiva 2011 – 2013.
Muy atrás quedaron los
principios de lucha por las reivindicaciones y el cumplimiento de las cláusulas
que hoy son solo letra muerta y que nadie se ocupa en exigir su cumplimiento.
Lejos, muy lejos, quedaron los compromisos históricos por las luchas
reivindicativas de 1936 y en los años previos a la estatización de la
Industria. En el olvido, de muchos dirigentes sindicales del sector, se
encuentran las agitadas discusiones de las décadas precedentes a la llegada de
Hugo Chávez al poder. Hoy han permitido que estos sindicatos se conviertan,
junto con sus seudo-líderes, en representantes patronales. Engañan y se ríen de
los trabajadores, en función de las prebendas personales que
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