Elides J. Rojas.
29.07.2012
¡Por fin! Gracias a los esfuerzos de micomandantepresidente, Venezuela obtuvo la sede de los juegos Olímpicos. Caracas fue la protagonista. Por primera vez en toda la historia el epicentro de la revolución bolivariana mundial fue la protagonista del mundo y Chávez, el amo del proceso, objeto de todas las miradas. Como le gusta.
29.07.2012
¡Por fin! Gracias a los esfuerzos de micomandantepresidente, Venezuela obtuvo la sede de los juegos Olímpicos. Caracas fue la protagonista. Por primera vez en toda la historia el epicentro de la revolución bolivariana mundial fue la protagonista del mundo y Chávez, el amo del proceso, objeto de todas las miradas. Como le gusta.
Terminada la gran justa deportiva mundial vale la pena, a los fines del registro histórico, hacer un recuento de los momentos cumbres de tan magno evento.
El Estadio Olímpico Bolivariano levantado por los chinos no estuvo a tiempo por falta de cabillas y cemento, así que la fastuosa inauguración se hizo en el viejo Olímpico de la UCV, construido por mi general Marcos Pérez Jiménez. Gigantografías con el rostro de cuando Chávez tenía 40 años y era el flaco de esos tiempos adornaban todas las tribunas dentro y fuera del complejo deportivo. 60 paracaidistas uniformados de rojo saltaron desde los helicópteros rusos y cayeron sobre la grama cantando en coro ¡Uh! ¡Ah! Chávez no se va. Maripili Hernández cantó Venezuela. Luego el Potro Alvarez y Omar Enrique ejecutaron un dueto de merensalsa que impactó a los asistentes. Los Cadillacs hicieron la actuación de sus vidas preparando la entrada triunfal de micomandantepresidente.
Llegado el momento cumbre de la inauguración, Hany Kauam entra dando vivas a Chávez, mientras micomandante lo sigue dando brincos. El brincabrinca anima a los 30 mil asistentes y todo el estadio brinca, brinca sin parar. Ya en el estrado, el líder intergaláctico se dispara un discurso de cinco horas que arranca con Cristo pasa por Marx, Bolívar y Fidel, insulta a la oposición, a Estados Unidos y al capitalismo hasta declarar oficialmente abiertos los juegos.
El pebetero quedó pendiente para que lo encendiera el propio Chávez, quien trotó hasta el pie del ascensor que lo llevaría hasta la cima para prender la antorcha, adornada con miles de caritas de Chávez. Pero, lamentablemente, se acabó el gas. Pdvsa prometió que para el día siguiente traería desde Colombia. El acto, justo antes del desfile de los atletas, se vio mejorado por un tremendo apagón que duró más de dos horas, pero que permitió que la creatividad de los revolucionarios apareciera. Dotaron de velas a los representantes de los 190 países y el desfile se hizo con velas en la oscuridad. Cocuyos de la dignidad, decía el locutor de Tves. Excelente, dijo Gramma en su edición dominical.
Ya en los momentos culminantes, entre gritos donde se pedía larga vida al comandante y el no volverán estremecía las tribunas, comienzan los fuegos artificiales. La gente de Cavim, encargados del espectáculo, hizo una representación del incendio de la planta en Maracay. Explotó la torre Lincoln y derrumbaron La Previsora. Los bomberos salieron de emergencia, al trote, solo para admirar el espectáculo. No tenían agua ni mangueras y los camiones estaban quitando afiches de Capriles en Petare.
Las competencias se desarrollaron como nunca antes en 5.000 años de historia. El canotaje se enredó entre la bora y los escombros del embalse La Mariposa. El fútbol tuvo que compartir el estadio con más de 500 damnificados que hacían parrilla y bebían aguardiente al lado de los arcos. Al equipo de tiro de Estados Unidos lo atracaron para quitarle las armas. Hasta los arcos y flechas le saquearon a los italianos.
No hubo entrega de medallas. Una banda de ex policías se robó las de oro y plata y botó las de bronce en el Guaire.
No obstante, en cadena nacional, los juegos fueron declarados un éxito. Mejor que los de China y Londres juntos.
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