Thursday, April 5, 2012

Gunter Grass otra vez contra Israel

Abel Ibarra

 Si algún país ha estado desarrollando un programa nuclear es justamente Irán. 

Gunter Grass pareciera vivir en la luna cuando acusa a Israel de amenazar la paz mundial. Esta semana que culmina fue publicado por el diario francés Le Monde el debate que surgió a raíz de un poema (cabría más bien decir panfleto) del Premio Nobel de Literatura titulado “Ce qui doit etre dit” (lo que debe ser dicho o lo que hay que decir) en el cual acusa a Israel de amenazar la paz mundial. El alegato tiene como objetivo denunciar el “pretendido derecho a atacar por adelantado”, haciendo alusión a la eventualidad de hostilidades israelitas contra Teherán.

 El detonante de tal acusación es un contrato firmado entre Tel-Aviv y Berlín para la compra de submarinos convencionales de tipo “Dolphin”, de los cuales dieciséis serán entregados próximamente y podrían estar eventualmente equipados con armas nucleares, por lo cual Grass denuncia el “silencio generalizado” (sic) del planeta ante tal afrenta y remata con una sesuda reflexión: “esto podría conducir a la erradicación del pueblo iraní”.

 Grass toma partido por Irán pero, además de muchos argumentos que le enrostran su desatino, es Henryk Broder, editorialista del diario alemán Die Welt, quien llega al epicentro mismo de los complejos que asedian al laureado escritor, cuando dice: “Grass siempre ha tenido un problema con los judíos pero no lo explica claramente en su poema (…) Grass es el arquetipo del erudito antisemita – del alemán que es – perseguido por la culpa y el remordimiento”.

 Que Irán es un régimen brutal como coinciden todos los defensores del Estado de Israel es cierto, baste observar cómo a raíz de los comicios en los cuales fue reelecto Ahmadinejad de manera fraudulenta, la oposición que se lanzó a la calle a denunciar el hecho fue salvajemente reprimida y sus dirigentes encarcelados o desaparecidos a manos de los “Guardianes de la Revolución Islámica”. Cómo cualquier disidencia es penada con prisión o asesinato, cómo las mujeres son sometidas al ostracismo, cómo los homosexuales son ejecutados bajo juicios sumarios en la plaza pública y cómo, lo más grave y resonante, que Irán ha amenazado a Israel con desaparecerla del mapa.

 Lo que está claro es que los judíos han construido la única democracia del explosivo Oriente Medio y desarrollado un país en franco progreso económico, político y social, bajo la constante amenaza de sus enemigos, todo a pesar de que el primer ministro Benjamín Netanyahu (siempre acusado de derechista irredento) ha dado muestras de buscar un acuerdo que los islámicos siempre postergan apertrechándose tras burladeros retóricos.

 Si algún país ha estado desarrollando un programa nuclear que incluye la fabricación de bombas atómicas es justamente Irán.  ¿Acaso quiere Gunter Grass que los judíos se defiendan de la amenaza iraní de destruir su país con los sombreros con que rezan en el muro de las lamentaciones o con la kiphá sagrada?

 Con razón Moshe Dayan, el jefe militar de la Guerra de los Seis Días que derrotó a los aviones árabes en tierra, le respondió a Oriana Fallaci cuando ésta le preguntó si se sentía minusválido por ser tuerto: “para lo que hay que ver, con un ojo basta”.

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